sábado, enero 30, 2010

Splinters - Splintered bridges




Ellas dan la espalda al garage con un poco de pop y al pop con un poco de Shangri-las. Cuatro chicas de Bay Area con mucho tiempo, algunas camisetas de más y ganas de hacer ruido de madrugada. Unas Babes in Toyland muy, pero muy, lo-fi.

Splintered Bridges.
Splinters.
Berkeley, Estados Unidos.
Álbum: Kick, 2010.
Foto: MySpace / Mp3: Insound.

jueves, enero 28, 2010

These New Puritans - White Chords



Aunque parezca una versión remasterizada de "The bottom line", y pese a que los intentos de Jack Barnett por ser tan bocón como los Gallagher me revientan la vesícula, puedo decir sin ninguna presión que cuando conecté este track a los parlantes externos de la laptop alguna tribal bacteria se movió dentro de mí. Y lo gozó. These New Puritans lanzó ayer en Japón su segundo álbum de estudio, "Hidden", con menos presunción que el antecesor "Beat pyramid" pero con, hasta el momento, mejores resultados. Adiós al hype.



White Chords.
These New Puritans.
Southend-on-Sea, Inglaterra.
Álbum: Hidden, 2010.
Foto: MySpace / Video: trip225 en Youtube.

martes, enero 26, 2010

Scout Niblett - The calcination of Scout Niblett



Ella luce como una víctima habitual de Michael Myers. La campesina ingenua que en las películas de terror abre la puerta que tú nunca abrirías, en una casa embrujada. Ese es el encanto de Scout Niblett, el de parecer frágil pero a la vez estar lista para abrir la boca más que cualquier fantasma devoracadáveres.


Primer single del álbum homónimo

Emma Louise Niblett nació en Staffordshire, Inglaterra, en 1973 y desde el 2001 ha publicado cuatro discos, entre su país natal y Estados Unidos, en donde hoy radica. No es misterio decir que su estilo para tocar la guitarra se forjó a partir de largas escuchas de Sonic Youth y de Nirvana, y que parte de su hermetismo en letras fue tomado de Patti Smith.


"Kiss", con Bonnie Billy

En enero del 2010, Scout volvió a tomar partido de las estrellas (es astróloga aficionada) para publicar su nuevo álbum, "The calcination of...", en un momento relativamente malo para las novedades indie. Y se luce en una gira por EE.UU. a escenarios llenos. Ella sabe más que nadie. Lobo malo, el corderito espera por ti.

The Calcination Of Scout Niblett.
Scout Niblett.
Staffordshire, Inglaterra / Portland, Estados Unidos.
Álbum: The calcination of Scout Niblett, 2010.
Foto: Drag City / Video: Vayaeva, en Youtube.

lunes, enero 25, 2010

Thom Yorke y Eddie Vedder a beneficio de Haití



La noche del domingo 24 de enero (ayer), Radiohead hizo una presentación en el Music Box de Los Angeles, para recaudar fondos a favor de los damnificados por los terribles sismos de Haití. Según información de Pitchfork, el espectáculo organizado por Oxfam America logró recaudar US$572.754 y tuvo como invitados a Charlize Theron, Drew Barrymore, Justin Timberlake, entre otros.



Además, Thom Yorke presentó otro de los singles de su aventura solista, "Lotus flower", que cantase como adelanto de una próxima producción en octubre del año pasado con una banda alterna a Radiohead. En esta oportunidad, interpretó el tema en solitario.



En paralelo, el vocalista de Pearl Jam, Eddie Vedder, puso a la venta a través de iTunes y Ten Club el single "My city of ruins", original de Bruce Springteen, que interpretara en diciembre del 2009 en el Kennedy Center Honors (Washington) durante la celebración de un tributo a The Boss. Los beneficios de esta venta (el costo para los interesados es de US$0,99) será destinado a la asociación Artist for Peace and Justice Haiti Releaf.

Lotus Flower / My City Of Ruins.
Thom Yorke / Eddie Vedder.
Videos: Pitchfork, Pearljam.com
Foto: Pitchfork.

domingo, enero 24, 2010

High Places - On giving up





Despertar una mañana y no encontrar ese paisaje de fiesta infantil dominguera que te acompaña desde que naciste. En su lugar, los ojos de Siouxsie Sioux, sombras perdidas del Dr. Mabuse y unas profundas ganas de vomitar en los recuerdos. High Places se separa de la autopista fresa para subir al tren fantasma.

On Giving Up.
High Places.
Los Angeles, Estados Unidos.
Álbum: High places vs. Mankind, 2010.
Foto y mp3: Stereogum.

jueves, enero 21, 2010

Perspectiva en solitario


Robert Trujillo, foto de RPP

Odio La Música recibe su segunda colaboración sobre el concierto de Metallica, el martes 19 de enero del 2010 en San Marcos. Nadando contra la corriente, nuestro cronista invitado dice por qué no le satisfizo lo que vio. Dos puntos a considerar: 1. Él sí es un metalero. 2. A diferencia de mi, que soy hincha, él es (o fue, por lo menos alguna vez) fanático de Metallica.

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Por Luis Davelouis

La primera noticia que tuve de la existencia de Metallica fue chocante como su nombre. Su bajista, Cliff Burton, había muerto hacía algunas semanas luego de que el bus en el que realizaban la segunda manga de una gira por Europa se volcara y le cayera encima. Era 1986, yo tenía 13 años y jamás había escuchado una sola nota de aquella banda cuyo nombre me sonaba a un castellano mal escrito. Desde entonces, y hasta 1996 (año en que apareció Load y en más ya no valdría la pena comprar un disco entero de la que llegó a ser mi banda favorita), nunca más dejaría de escucharla.

El reportaje de la revista alemana de heavy metal que daba cuenta del trágico incidente, titulaba la nota con una cita a James Hetfield: "Don't worry about us, Metallica is strong". Y 26 años y dos bajistas después, podría decirse que hablaban en serio. Hasta la noche del martes 19. Al fin los vería tocar en mi ciudad natal, en mi casa. Mi entusiasmo -comprensible, urgente-- era incontrolable, incontrovertible, infinito y (pensaba) legítimo e inquebrantable porque además de que mis acompañantes eran lo máximo, la vista del estadio, del escenario y de la gente eran espectaculares e invitaban a imaginar EL POGO DEFINITIVO, la mamá de todas la reventadas, la catarsis máxima.


Fade to black en Lima, subida por Arnitold13

Para cuando empezó a tocar la banda invitada Necropsia, yo ya estaba en toda la onda metalera de mis años adolecentes (ahora adolezco de otras cosas, pero en fin...). Ya no importaba que hubiera tenido que rodear la universidad en taxi para luego esperar horas en la puerta de la avenida Venezuela para entrar ni que el estadio de San Marcos estuviera lejísimos de la mencionada puerta. Ya no importaba que la cerveza fuera Brahma y estuviera tibia ni que los organizadores hubieran decidido cerrar el caño a las 8:30pm a pedido de la banda principal y tampoco importaba que los chorizos Braedt estuvieran fríos y crudos (sé que eso no le molestó a todos). Ya no importaba que la música de fondo y de espera hubiera oscilado entre unos buenos fierros viejos de Iron Maiden y algunos grititos del lamentable Axel Rose... Metallica saldría a tocar en cualquier momento y se desataría el infierno para los 50.000 acólitos que esperábamos arder (y quemar) frenética y ferozmente. Y ya no importaría nada. Al menos por las dos y media horas siguientes. Con suerte.

Un concierto debe poder capturarte, transportarte, raptarte, secuestrarte. Para eso, más allá de la puesta en escena, la expectativa y el volumen y la calidad del sonido (muy importantes también) debe haber dos ingredientes absolutamente indispensables sin los cuales la diferencia entre convertir una guitarra en un desfibrilador frente a una o 100.000 almas y pasar la mercadería en un escáner de la caja registradora de cualquier supermercado, prácticamente desaparece: PASIÓN y ENTUSIASMO; espontáneos y genuinos. El concierto de Soda (banda de la que jamás fui un fanático) me mantuvo en estado catatónico --sin mover un dedo ni decir una palabra en ningún momento-- de principio a fin. Delante de mí había un idiota que se sabía la letra de todas las canciones, saltaba y gimoteaba al borde del llanto y del (en apariencia al menos) éxtasis religioso y gritaba junto a su novia: “¡Cerati, sos lo máximo!”. ¿Por eso lo disfrutó más que yo? Lo dudo mucho. O como Peter Gabriel: sin aspavientos, con grandes pausas y limitaciones serias en la puesta en escena así como kilos y años de más, me partió el alma en dos y me sacó del planeta sin ayuda de químicos ni sustancias psicoactivas de ninguna especie. El éxtasis. Muy paja.


Hetfield frente a Lima, foto del facebook de Metallica

Pero hablamos de Metallica, son huevadas. Y hablar de ellos y en el mismo texto poner a Soda o a Peter Gabriel puede parecer una cojudez. ¿Y Megadeth? La banda de Mustaine, en una palabra, fue BRUTAL. Todo lo que esperaba y más, mucho más. Mi hijo (de 13 años entonces) y yo, pateamos, saltamos, empujamos, gritamos, tocamos air guitar y nos reventamos las gargantas como nunca antes. Fue su primer pogo, fue mi primer (y espero que el único) enternecimiento en medio de un mar de sudores ajenos y apestosos. Megadeth se llevó los oídos, las voces y las cabezas en medio de un pogo permanente, desgraciado, alucinante. Ahora Metallica se llevaría hasta las almas. O eso esperábamos. Mustaine la vive, sigue furioso y detestando al mundo y eso se nota en su música y sus interpretaciones. Hasta en la forma algo nerd que tiene de sostener la guitarra.

Metallica (puta madre, METALLICA!!!), una banda que te arrancará la cabeza con todo y espina dorsal incluida y que aplastará tu cavidad torácica a punta de riffs, golpes y rugidos. Y no hablamos de una opción si no de una garantía pues sucederá lo quieras o no, te guste o no, lo esperes o no, sepas a lo que vas o no. La masacre sensorial --arder en la música-- es inevitable, irresistible. La indiferencia es imposible. Contagiarse de la fuerza, de la ira, del poder (de eso se trata el metal) es mandatorio, imperativo, inclaudicable. No tienes que creerles porque igual te patearán en la cara, no tienen que gustarte porque igual te aplastarán el cráneo. Además, ¿cómo carajo no le vas a creer a Metallica? Es Metallica huevón, ¡¡¡son huevadas!!! Sin embargo, el martes, no les creí y eso es lo que me sorprendió: que pude tranquilamente no creerles.

La primera canción me devastó como (pienso) hizo estallar los corazones y gargantas de todos los presentes: Creeping Death fue un regalo. El único de la noche. Para la segunda canción, el ánimo se cayó 20 peldaños y de ahí en más, todo fue plano. La música perdió textura y relieve y las intervenciones en castellano de Hetfield (“¡Lima la rompe!” o “¡Vamos a pasar mostro!”); incluso sus rugidos (que ya no son tales desde el álbum negro) a media interpretación estaban, para mí, muy lejos de aquella señal de entrega y fervor hacia el público que escogió (sí, escogió creer) percibir la mayoría. Cada grito, cada gesto, cada movimiento, eran innegablemente partes de una puesta en escena, de un guión. Impecable, es cierto, pero un guión al fin. Y el asunto con los guiones, es que rara vez son auténticos, genuinos u originales. El ensayo y la prolijidad excesivas pueden matar la espontaneidad y convertir la actuación en vivo es una réplica de un disco grabado dentro de la asepsia de un estudio… (toma 18, canta otra vez, ponle más intensión). Metallica sonaba como una extraordinaria banda tributo a Metallica, interpretando los temas con tal grado de fidelidad que incluso repetían exactamente los mismos errores que uno percibe en sus conciertos más conocidos. Metallica en Lima versionando a Metallica en el Binge and Purge de San Diego, o en Nuevo México en 1988/89. De locos, la verdad. Fade to black, One, Harvester of Sorrow, Battery y Blackened fueron, para mí, los casos más flagrantes.


Fade to black, tocada en México en 1993

Incluso cuando Hetfield bajó al llano a saludar a sus más fieles seguidores, custodiado por los guardaespaldas de turno. Todo parte de un elaborado guión, cuando la gracia de un concierto radica también en esa dosis de impredictibilidad que presienten permanentemente tanto el ejecutante como "los ejecutados" (que no lo fuimos). Metallica sonó como siempre pero me aburrió como nunca. Al punto en que llegó un momento en que las frases sueltas de su vocalista me parecían esfuerzos dirigidos a esconder su hastío, su hartazgo, su cansancio, una suerte de soborno para que el público se comprara toda la vaca y no sólo el vaso de leche, para que se aturdiera con el gesto pensado, programado, calculado, medido y se olvidara de que algunas canciones volaban una tras otra.

“¡Ya fuckin’ vámonos!” Debe haber pensado en realidad. ¡Y es el concierto que abre la gira! Pero podría ser comprensible. Después de todo, son 26 años de venir tocando Seek and Destroy, 24 de Fade to Black, 23 de Master of Puppets, 21 de Harvester of Sorrow y 18 de Enter Sandman. Esta última canción sonó tan rápido que parecía que la banda estaba desesperada porque se acabara. Como si se tratara de apurara el trámite porque es, afrontémoslo, una obligada. Yo pensé "la deben odiar", mientras el estadio se venía abajo y yo me preguntaba "¿por qué?".

"Será tal vez un tema de búsqueda, de confirmación, de credulidad, de querer creer, de haberse creado expectativas tan altas y convicciones tan fuertes que no pueden ser abolidas por los hechos fríos;… esperanzas e ilusiones tan extravagantemente elevados que son impermeables e inmunes a la realidad; que existen más allá de ella, como creer en Dios". Si pude pensar en todo esto, es que pude ser indiferente.


Enter sandman, por ConciertosPerú en Youtube

Cuando alguien hace algo que le gusta se nota. Y por momentos parecía que cada uno de los Metallica tenía que recordarse a sí mimos cada cierto tiempo que “esto me da de comer, esto me da de comer, esto me da de comer”. No percibía su disfrute propio, egoísta y particular, aquél que siente el intérprete por la pieza y el mar de endorfinas e histeria colectiva que su interpretación genera a sus propios pies. La clase de emoción que incluso una canción tocada por diez millonésima vez, puede producir en el cansado intérprete más allá de las canciones (para él) desgastadas. Me odié por pensar esto a la mitad de Fuel (canción que no soporto): “después de todo, ellos se fueron hasta el congreso de EE.UU. para detener a Napster y a quienes lo utilizaban”. Desgraciadamente, la situación y la idea son consistentes. Metallica junto a Iron Maiden, eran mis bandas favoritas. Hacía mucho que no las visitaba, pero todavía les creía. El martes dejé de creerle a Metallica porque me fue imposible seguir viendo sin mirar. O seguir oyendo sin escuchar, como prefieran. A diferencia de Mustaine, ya no les queda fuego en las entrañas, se han aburguesado (o eso parece). Por eso, tal vez, los sofisticados artificios pirotécnicos: imaginen a Kiss sin fuego, sin grúas y sin pintura, ¿qué les queda?

Pienso que quienes disfrutaron el concierto como ninguno antes se lo tienen merecido y sí, fue un súper evento, de los mejores que se han producido en el Perú. ¿Estuvo bueno? Sin duda. Pero estuvo lejos de satisfacer mis expectativas. Definitivamente, no fue el concierto que yo fui a ver. Transcurrido el concierto, ya en la calle, unos patas que vendían las últimas camisetas de Metallica, escuchaban For Whom the Bells Toll del Ride the Lightning en su auto a todo lo que daba el cacharro: “¡Qué de puta madre es esa canción!”, pensé.

Lee también:

* Cabalgando hacia los cuatro jinetes (Alejandra Costa)
* Demolidos por Metallica (Leggiere)

miércoles, enero 20, 2010

Cabalgando hacia los cuatro jinetes


Los dedos de Kirk Hammett

Odio La Música se complace en presentar su primera colaboración. Si no me creyeron que la noche de San Marcos fue genial, pueden confiar en ella.

Por: Alejandra Costa

No me puedo definir como fan de Metallica. La primera y única vez que escuché un disco completo de ellos de un envión fue a mediados de los noventa. Una casualidad me llevó a escuchar sentada en el cuarto rosado de mi amiga Carolina a los 13 años el …And Justice for All, cuando esperábamos el ritmo menos agresivo de The Black Album, especialmente de la lenta Unforgiven, que era la canción que nos gustaba. El metal quedó en una anécdota adolescente, y una etapa parando con los de M.A.S.A.C.R.E., hasta ayer.

Anoche, decidí pasar el concierto como el mayor de los fans, como la persona que sería si ese día le hubiera dado siete vueltas seguidas al disco con la justicia ciega en la portada y me hubiera enamorado de James Hetfield y no de Eddie Vedder. Porque él no fue una de mis fantasías adolescentes, como Mike Patton o Chris Cornell, pero anoche veía su cuello como si hubiera estado en mi lista de deseos desde antes de que supiera realmente qué era el deseo.

Mi entrada era para la zona I, en la tribuna, pero una sonrisa y un puchero de desamparo con el 911 que custodiaba la delgada línea amarilla que dividía la Insípida zona I (en la tribuna) de la Maldita zona M, me consiguieron el cielo. “Estoy sola y todos mis amigos están abajo, por favor!!”.


Foto tomada de Metontour.com

Minutos después, y ya en la cancha, encontré en leggiere el perfecto compañero de concierto. 20 minutos antes de que empezara, estábamos solos en una situación expectante. Al centro de los dos ejes. Y decididos a meternos más. Quedamos en que avanzaríamos juntos tanto como pudiéramos, que si yo me quedaba atrás, significaba que ya no aguantaba los golpes o el cansancio, y quedamos en que no retrocediera para buscarme.

Incluir todo el set list en mi conteo del concierto me parece un poco deshonesto. Debo reconocer que todavía no me sé los títulos (ni las letras) de las canciones del Death Magnetic (aunque ya sé que me voy a pasar un par de semanas escuchándolo sin parar), pero puedo decir que en Fuel empecé a volverme loca gritando give me fuel, give me fire, give me that which I desire. Y a avanzar. En este momento todavía veía la cabeza de leggiere un poco más adelante que yo, pero el pogo empezó a tirarme para atrás y lo perdí.


Fuel, subida por ferminio80 en Youtube

Las tomas casi pornográficas de los dedos de James Hetfield, Kirk Hammett y Trujillo en la pantalla gigante me jalaban hacia adelante. Quiero ver los dedos. Quiero ver los dedos.

Desde ahí, todo fue hacia adelante. Sola en medio de los polos empapados o las espaldas y brazos resbalosos, ponía mis puños en posición de defensa para cubrirme la cara, porque mi cacharro tiene que salir en la tele ahora los fines de semana. Con los codos pegados a los costados (gracias clases de box) cuidaba mis órganos vitales y a medida que avanzaba encontré algunos bien o mal intencionados protectores que bloqueaban los codos dirigidos hacia mi nariz. Solo me metieron la mano una vez. Y tres recibieron golpe.


One, subida por Larr80 en Youtube

Seguí avanzando y en One me quedaban 30 metros para llegar al escenario. Todos cantábamos la línea de la segunda guitarra. Luego llegó la explosión con master, master!!! Se armaron dos ojos de pogo, uno a mi izquierda y el otro adelante a mi derecha. Los chicos no miraban caras y solo pateaban. Trataba de meterme entre dos chicos que no estuvieran pogueando en la delgada línea que separaba las dos violencias para evitar que me cayera alguna descarga. La energía en el pogo empezó a reducirse poco después y aproveché el espacio para avanzar 15 metros en un solo movimiento. Ya cansados, los chicos solo dejaban pasar a una chica que pasaba corriendo medio agachada entre ellos.

Nuevo respiro con Nothing Else Matters. Vi chicas todo el camino. Hasta que los pogos de Enter Sandman me dejaron entrar hasta estar a 5 metros del escenario, aunque un poco tirada para la derecha. Quería estar al centro, pero mi entrenado sentido de supervivencia no me deja cometer tantas imprudencias.


Subida por M4juXXX en Youtube

Y la locura nuevamente con Enter Sandman. Y la pausa. Y el ole ole ole Metallica, que me suena un poco argentino pero hasta que desarrollemos algún gritito local, sirve para calentar el estadio. Aquí sí todos estaban empapados de sudor, incluyéndome. Me va a dar una pulmonía al salir, pensaba. Y los gritos. Y el regreso. Y la gente pidiendo Seek & Destroy. Y James anunciando una canción con only three words. Y los gritos. Y el último pogo maldito, a cinco chicos del escenario. Los oídos me dolían, pero la adrenalina me seguía atrayendo hacia el escenario.

Y los dedos, finalmente. Los de Kirk a una velocidad mayor de la que yo pudiera siquiera aspirar a tener. Con la precisión que requiere esa música que calculo que algunos deben considerar simple pero que no me atrevería a intentar tocar. Los de James, fuertes, hermosos. Y los cuellos, a los que nunca les presté atención de chica, ahora me convertían en una adolescente que veía por primera vez a los cuatro jinetes y, en medio de los arpegios, pensaba en cabalgar.


El motivo de mi envidia

Y las despedidas. En el momento en que Kirk Hammett tiraba las uñas trataba de saltar lo más que podía para que me viera y me tirara una. Quisiera contar que agarré mi hermosa uña blanca con el baúl del Death Magnetic en el aire. No, la vi pasar y caer y empujé con ambos brazos, mirando al piso, hasta que la encontré. La cogí y la metí en un bolsillo con cierre de mi jean. Uno de los empujados me miró con rabia, pero al notar que era una chica (me olvidé de decir que me habían maquillado en el canal, así que estaba linda, aunque calculo que en ese momento tendría todo chorreado) me medio sonrió y me dijo, bieeeen! Y nos quedamos embobados mirando a James prometiendo que no iban a pasar décadas para venir otra vez a Lima, mientras yo sonreía porque tenía una prueba de que había estado ahí, adelante.

Y sobreviví. No tengo pulmonía, ni ha emergido ningún moretón hasta donde lo noto. Retrocedí un poco y me encontré con leggiere, que salía de estar al centro, adelante. Donde todos queríamos estar. Y solo quedó abrazarnos. Y felicitarnos por haber logrado estar ahí, pese a que no somos los más altos, ni los más fuertes. Aunque sé que siempre me odiará con cariño porque tengo una uña, y él no. Y ahora puedo decir que soy fan de Metallica, 14 años después.

Lee también:

* Perspectiva en solitario (Luis Davelouis)
* Demolidos por Metallica (Leggiere)

Demolidos por Metallica - Concierto en Lima


Foto: RPP

Hermano, déjate de huevadas. Si no sientes hasta ahora el zumbido de un zancudo gigante en tus oídos es porque no estuviste allí. Y si no estuviste allí y te crees metal, me disculparás si me río. Hermano, no te aburriré contándote cómo llegué a San Marcos ni la cola que hice, porque eso te llega al pincho, tú quieres compartir, como yo, lo que se siente estar a tres metros de estas bestias de plomo y acero, quemarse cuando la pirotecnia estallaba, aplastarse entre cuerpos frenéticos vestidos de negro.


Fotazo de Martín Ruiz, publicada en Living in Peru.

Sí, el concierto de Metallica de anoche, el que vi, fue una aplanadora. Fácil entre los mejores que he visto en mi vida. No hubo, como esperaba, cabezas aplastadas ni piernas voladoras. Pero sí que hubo pasión. Puños levantados todo el tiempo, gente que gritaba con toda el alma, abrazados para no caer en ese océano de pies que nunca tocaron el suelo. Hermano, fuiste realmente mi hermano por una noche.


Subido por espectaculosenlinea, en Youtube.

Y arriba, en el escenario, estaban los cuatro jinetes en plena forma. ¡Qué arranque más brutal con "Ecstasy of gold" y "Creeping death"! Mierda, ¡sí!, no empezaron como todo el año pasado con las dos primeras de "Death magnetic", sino con un clasicazo del "Ride the lightning". Más felicidad, imposible. Kirk sacando astillas de su genial guitarra diseñada con otra pela serie B, "The bride of Frankenstein", Lars siempre con la lengua afuera a punto de saltar fuera de la batería, y Hetfield gritando "Lima, I see you!", más viejo pero todavía animal.

La respuesta en la cancha fue un grito descomunal y un solo de brazos levantados que se replicaron en la pantalla gigante y, en serio, hermano, que emocionaba. Hasta Elli Wallach y las momias de la huaca de San Marcos querían meterse al pogo.


Este brother lo sabía. (Foto RPP)

Y cuando apenas terminábamos de acomodarnos, nos arrojan encima otro mastodonte: "For whom the bell tolls". Carajo, qué bien se siente contar que para ese momento ya estaba todo pagado y lo demás era un regalo. Qué mejor aún, que hubo menos cámaras que taparan la visión del escenario (y quienes las tenían, sabían que podían volar en cualquier momento). Y qué forma de presentar a Trujillo, quien hizo lo que pudo con ese solo inicial legendario (jamás podrá hacer olvidar a Cliff, ni de broma, y él lo sabe), pero que después se recuperó metiéndole músculo a sus cuerdas. "I want to hear you, Peru!", bramaba Hetfield y nos escuchaba gritar "time marches ooooooon". De hecho, gracias.


Subido por ferminio80, en Youtube

A continuación, para no bajar el ritmo, "Fuel", del "Reload", y otra vez echados a los perros. No recuerdo si en esta canción empezaron a salir las lenguas de pirotécnicos, solo que sentí un calor infernal. Y que el ritmo de la gente bajaba. Felizmente, porque pude con un grupo llegar a la quinta fila y prepararme para lo que viniera. Y lo que vino fue una del "And justice...".


Harvester of sorrow, subida por elissaqp en Youtube

Puedes, en el video, escuchar a Hetfield tratando de decir "primera vez que tocamos en Lima (primero in Lima). Estamos aquí para hacer un gran ruido". Justo antes de que estallara la metralla de "Harvester of sorrow", temón que no suena así nomás en vivo, y que permitió que el headbanging se hiciera protagonista. Cinco minutos martilleando la espalda de quien estaba adelante de mí, que soportaba estoico porque hacía lo mismo con otro. Kirk y Robert sonaron grandes en esta, y no me dejarás mentir. ¿Habrá sido su mejor interpretación de la noche?

Vino a continuación "Fade to black" y, hermano, ya quedaba poco más por pedir. De esas oscuridades iniciales que metes a tu equipo cuando estás caído y te pone en una. Y de pronto estaba allí, tocada a menos de diez metros, con todos los errores de Kirk, pero las huevas. No te pongas exigente ahora, hijo de puta, estás delante de la historia. Sacude tu cabeza, grita. Éxtasis total.


Fade to black, subida por pomalazamusic en Youtube

Y te podría aburrir con lo brutal que sonó cada tema, pero tú no tienes tiempo ni yo paciencia, así que solo te diré que "Sad but true" me ha dejado más ronco que una Kawasaki ("do you want heavy?", dijo la basura de Hetfield antes de arrancar con todo) y que "Cyanide", que era ya de lo más bestia del "Death magnetic", me quemó el pelo. Sentirla así, tan cerca, tan directa, es la gloria.


One, subida por martinmortality en Youtube.

Y ahora viene lo más paja, qué te has creído. Cuando suena "One" precedida de una salva de Año Nuevo con rata blanca incluida. Gente coreando el solo inicial, y la velocidad que va subiendo, mientras las cabezas saltan como grillos. Pero lo que sigue ya es tortura. Hecho añicos y aplastado por todas partes, el aire se llena de arena cuando empieza "Master of puppets". Hombre, no es de gente poner la artillería a esta hora, cuando las piernas no responden y ni siquiera queda un hilo de voz en la garganta. Puta madre, qué poder. ¡¡Master, master!! gimen los pobres cuellos, cubiertos de la pólvora que ha caído de los pirotécnicos.


Master of puppets, subido por Drjeckyll en Youtube

Pero aquí la cosa recién empezaba. Lo que sigue fue demasiado. Llevados otra vez a los ochenta, con la colosal "Battery" que sonó en la más criminal de las versiones. Lo mejor de la noche, sí carajo, lo mejor que ese mazazo te estalle en la base del cráneo y estar en segunda fila, abrasado por las lenguas de fuego, hecho un estropajo por el sudor y con los oídos cubiertos de metal. La puta madre. No quiero más escuchar.


Battery, subida por ferminio80 en Youtube

No podemos quejarnos. Fue un setlist de la conchesumadre. Todavía faltaba bajar los voltios con una aceptable "Nothing else matters", con el gigantón Hetfield cerca de nosotros, a dos metros. Y el despelote del estadio cuando sonó su best seller, la que esperaba la mitad más uno, "Enter sandman". San Marcos se vino abajo completo, miré atrás para ver cómo respondía la gente. Y quedé medio minuto extasiado con este estadio y con lo respuesta de la tribuna.


Enter sandman, subida por elissaqp en Youtube

El abuso siguió luego del reprise, con un regalo inmejorable. Te puedo decir que "Am I evil?" todavía resuena en mi lastimado cráneo y que al estar pegada a "Blackened" me puede costar la sordera. Poder extremo, huevón.

El cierre ya es orgasmo. Lo que estuve esperando toda la noche a pesar de que para ese momento estaba casi muerto. Dedicado por Hetfield para los que siguen a la banda desde el principio, la genial "Seek and destroy", puesta al final del setlist como en sus mejores épocas. "¿Le gusta?!, dice el huevón. "Only three simple words: seek-and-destroooooy". Un monolito, compadre, casi me quedo con la oreja de un cojudo por agarrarme y no caer en la mancha. Demasiado.


Seek and destriy, subida por manoloarbulu en Youtube

Cosas por decir antes del adiós.

Primero: San Marcos entra con gloria en la lista de escenarios para megaconciertos. Nada que ver con la basura de la Explanada, esto es otra cosa.

Segundo: Cómo envidio a los conchesumadre que se quedaron con las púas al final del concierto. A ti también, Ale.


Yog Sothot muestra su uña.

Tercero: A mí, que no soy metalero ni por asomo, este concierto me hará reformular mi colección de CD y mp3.

Cuarto: De acuerdo con @jsudaka. Si te perdiste esta noche, eres un reverendo huevón.

miércoles, enero 13, 2010

Them Crooked Vultures - Scumbag blues



Quédate parado allí y siéntete ametrallado a guitarrazo limpio. Dave Grohl (anunciado en Lima para el 10 de marzo con Foo Fighters), Josh Homme (Queens of the Stone Age) y John Paul Jones (Led Zepellin) están en la línea de fuego, jugando con cuarenta años de rock, disfrazados de Cream -sobre todo en esta joya de tema-, de Doors, de lo que quieras. Igual vas a morir.


Portada del disco homónimo.


La también genial "Gunman".

Scumbag Blues.
Them Crooked Vultures.
California, Estados Unidos.
Álbum: Them crooked vultures, 2009.
Videos: magnusmastah

jueves, enero 07, 2010

Xiu Xiu - Gray death





Con la desesperación de quien ve pasar la última estación de tren con un baño decente. Jamie Stewart reaparece en el 2010 con nuevo álbum y nueva compañía, Angela Seo, aquella que escupe una lluvia morada sobre el hombre de Brooklyn en la foto promocional de "Gray death". Vientos, guitarras y ruido industrial demuestran cuán desesperante puede ser sentirse solo en una ciudad en la que los trenes nunca se detienen.

Gray Death.
Xiu Xiu.
Nueva York, Estados Unidos.
Álbum: Dear God, I hate myself, 2010.
MP3: Stereogum / Foto: MySpace.

lunes, enero 04, 2010

Peter Wolf Crier - Untitled 101



Peter Pisano en la guitarra y Brian Moen en la batería. Una mañana despertaron y se dieron cuenta de que no hace falta más para cubrir el espacio de claridad. Ni siquiera una linterna. "Inter Be" es el primer álbum de dos jóvenes a quienes llegó ese mensaje que aún espero para mí cuando amanece.



Untitled 101.
Peter Wolf Crier.
Minneapolis, Estados Unidos.
Álbum: Inter Be, 2009.
Video: 893TheCurrent / Foto: MySpace

domingo, enero 03, 2010

Lawrence Arabia - Apple Pie Bed



Pop descarado, más su arrebato visual correspondiente. El kiwi James Milne trae a la memoria los singles de The Wings y T-Rex, y las imágenes de "La jaula de las locas", en un video de antología para "Apple pie bed", tema con tres años de historia que encuentra por fin un álbum donde cobijarse. A prueba de despedidas de solteros.

Apple Pie Bed.
Lawrence Arabia.
Christchurch, Nueva Zelandia.
Álbum: Chant darling, 2009.
Video: Luke Savage / Foto: MySpace.

sábado, enero 02, 2010

Gasca y Suzette - Castilla


Escucha aquí: Gasca y Suzette

Digamos que cuando quieres respirar y estás bloqueado usas inhalador. Y sientes que el pecho se te abre, las rosas cuelgan de tu nariz y todo es profundo, como un universo de queso. Deja ahora que tu pecho se abra de otra manera. Que se crucen en él trazos de otras vidas, otras pasiones y otras miserias. Que caigan sobre tus poros sales que no conoces y que te enseñen de nuevo a respirar. Carlos Andreu y Suzette de la Grace Fabergé abren nuestro año con lo profundo y con lo ajeno, entrelazados en canciones que de muchas maneras hablan de amor.

Castilla.
Gasca y Suzette.
Barcelona, España.
Single: Castilla, 2009.
Foto: MySpace.